¿Es usted un procrastinador?
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febrero 5, 2018Para lograr el éxito en una organización, es fundamental que los líderes no solo sean proactivos y estén preparados para anticipar el futuro, sino que también sean capaces de adaptarse a un entorno cada vez más cambiante y turbulento. En este sentido, los conceptos de management moderno deben estar basados en la realidad y ser menos teóricos. Eso es lo que queremos decir cuando hablamos de cómo tomar decisiones pragmáticas.
Si bien la planificación estratégica es importante, es difícil prever con exactitud lo que sucederá en el futuro y, por tanto, resulta imposible predecir con precisión lo que pasará en diez años. La historia nos ha demostrado que incluso empresas con grandes recursos y capacidades de planificación no han podido prever eventos como la crisis petrolera de finales del siglo pasado o la crisis financiera de este siglo.
Por lo tanto, es fundamental que los líderes se enfoquen en desarrollar habilidades de adaptabilidad y resiliencia, así como en estar en constante aprendizaje y actualización. Deben saber tomas decisiones pragmáticas. De esta manera, podrán enfrentar de manera efectiva los desafíos que se presenten y llevar a la organización al éxito en un entorno cada vez más cambiante y desafiante.
Decisiones pragmática en un mundo de disrupción
Vivimos en una era de disrupción constante, como Peter Drucker la describió acertadamente. Los modelos econométricos que utilizamos para predecir el futuro se basan en datos históricos y suposiciones, por lo que son útiles para proyectar el futuro sólo si éste es similar al pasado. Sin embargo, las discontinuidades son difíciles de prever y aún más difíciles de aplicar en la toma de decisiones prácticas. En lugar de centrarnos en la predicción del futuro, deberíamos centrarnos en la creación de organizaciones flexibles y ágiles, capaces de maniobrar y cambiar de dirección rápidamente cuando cambian las condiciones y el entorno. Eso también es aplicar una visión pragmática en la toma de decisiones.
Pero, ¿qué significa realmente ser flexible? No necesariamente significa eliminar las jerarquías organizacionales, como algunos expertos sugieren imitando las escuelas Montessori. Creemos que la claridad en las responsabilidades, autoridad y rendición de cuentas (o “accountability”) son elementos cruciales que no deben ser sacrificados en nombre de la flexibilidad.
Evitar tener estrategias definidas o presupuestos para no fallar es obviamente una idea mala y sin pragmatismo. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de lidiar con un entorno cambiante y con discontinuidades? La solución efectiva no es quedarse estático o abrumado ante el cambio, sino más bien enfrentarlo mediante la creación y el mantenimiento de una cultura organizacional de respeto mutuo y confianza. De esta manera, el cambio no se percibe como una amenaza.
Los versos del poeta uruguayo Mario Benedetti, recientemente fallecido, cantan “Juntos en la calle, somos mucho más que dos”. En una organización, una unión sólida de valores, conceptos y una misión clara, con una cultura de respeto mutuo y confianza, permite enfrentar el cambio en equipo, lo que tradicionalmente llamamos sinergia.
Fortalezas y debilidades en la toma de deciones pragmáticas
En tiempos de crisis y turbulencia, es esencial que un buen líder cree una cultura y ambiente que permitan a toda la organización girar en torno a un mismo eje de manera simultánea. El libro “The Ideal Executive: Why You Cannot Be One and What to Do About It”, del Dr. Adizes, destaca la importancia de reconocer las fortalezas y debilidades de cada miembro del equipo y trabajar en conjunto para complementarse.
Como líderes, debemos ser sensibles tanto con nuestro equipo de colaboradores como con el entorno en el que operamos y vivimos. Nuestro estilo de liderazgo debe ser funcional, pragmático, y adaptarse a las necesidades de la tarea a cumplir y de nuestro equipo.
Si bien la teoría microeconómica de Milton Friedman argumenta que el principal objetivo de un líder es trabajar por el interés de los accionistas y promover la creación de valor, es importante recordar que la creación de valor a largo plazo se logra a través de una cultura organizacional sólida y de la satisfacción de todas las partes interesadas, incluyendo los empleados, los clientes y la sociedad en general.
Por qué mi enfoque de toma de decisiones es pragmático
Mi enfoque es pragmático: creo que el management debe trabajar “para” crear resultados y valor para los accionistas en lugar de trabajar “por” los accionistas. Esta sutil diferencia de una palabra es crucial porque se crea valor cuando se hace algo positivo para todos los interesados, no solo para los accionistas.
Imagina que nuestra mente es una cámara. Si enfocamos en las montañas, la persona cercana se verá borrosa, y lo mismo sucede con el enfoque empresarial. Si nos enfocamos exclusivamente en los accionistas, perdemos de vista al mercado y a los consumidores de nuestros productos o servicios, quienes pagan el rendimiento de la organización.
Es común que los directores financieros o CFO sin experiencia en marketing, cuando se convierten en presidentes o directores generales, centren su atención en reducir costos, mejorar la eficiencia y dar mayores rendimientos, olvidando a los clientes y al mercado. Es como conducir y concentrarse en el velocímetro o los indicadores del auto en lugar de la carretera. Un ejemplo de esto fue cuando Scully tomó las riendas de Apple en lugar de Steve Jobs. Un líder exitoso de una organización debe enfocarse en los clientes y el mercado, buscando obtener ventas repetitivas, lealtad a la marca y satisfacer las necesidades de los clientes. Sus indicadores deben basarse en la satisfacción del cliente, el servicio postventa, la creación de nuevas necesidades y la oferta de soluciones personalizadas.
La importancia del enfoque en los clientes
Las ventas y los ingresos de una empresa se generan a través del mercado y los clientes. Por más que se reduzcan costos o se mejore la eficiencia, si no se atienden las necesidades de los clientes y se pierden ventas, los resultados serán negativos. Sin embargo, es común que las empresas pierdan de vista este punto y se concentren en mejorar el estado de resultados, en vez de enfocarse en sus clientes.
Un ejemplo de esto son las grandes automotrices americanas, que han sido manejadas por “genios de las finanzas” enfocados en sus accionistas, descuidando la satisfacción de sus clientes. Es importante recordar que el cliente es el primer y más importante “accionista” de una empresa. Las organizaciones existen porque satisfacen las necesidades de un grupo de clientes, cuyas necesidades son cambiantes.
Por lo tanto, las empresas deben ser proactivas en la búsqueda y definición de estas necesidades, y en la creación de soluciones para satisfacerlas. Si se enfocan en esto, el valor para los accionistas seguirá creciendo de manera sostenible. En Recluta estamos listos para ayudarle en sus procesos de toma de decisiones pragmáticas: converse con nosotros por Whatsapp o escríbanos a info@recluta.org.