Costa Rica’s nearshoring ecosystems could help economies realise their ‘friendshoring’ visions
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agosto 24, 2022Trabajar en estrecha colaboración con amigos y aliados de confianza es cada vez más importante, ya que las empresas y los países buscan protegerse frente a futuras interrupciones de la cadena de suministro. (Foto de REDPIXEL.PL/Shutterstock)
Las lealtades políticas y culturales influyen cada vez más en las decisiones comerciales y de la cadena de suministro. ¿Cómo apoya Costa Rica este cambio hacia modelos de “friendshoring” y cómo beneficiará esto a la economía diversa y dinámica del país?
En abril de este año, la Secretaria del Tesoro estadounidense, Jane Yellen, reveló que la Administración Biden aplicaría una política de “friendshoring”, centrando el desarrollo de la cadena de suministro en “un gran número de países de confianza… para lograr un comercio libre pero seguro”.
En los meses posteriores, la palabra “f” ha sido tendencia, y muchos comentaristas políticos y empresariales han tratado de entender la razón de ser de la nueva estrategia comercial de EE.UU. y lo que significa para los acuerdos y alianzas comerciales existentes y potenciales.
Acuñado por primera vez en 2019 por Bonnie Glick, ex administradora adjunta de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el friendshoring mira más allá del precio y la geografía para consolidar la cadena de suministro a través de países aliados política, cultural y sociológicamente.
A medida que aumentan las tensiones políticas y comerciales y resurgen las viejas rivalidades de la Guerra Fría, los países se muestran cada vez más preocupados por el concepto de autosuficiencia, un sentimiento que sólo se ve acentuado por la medida en que la pandemia ha puesto de manifiesto las fragilidades de la cadena de suministro existente.
Tomando como ejemplo el caso de los semiconductores, según una investigación realizada por Deloitte en marzo de 2022, más del 57% del procesamiento de materiales y el 56% de la fabricación de obleas corren a cargo de economías de Asia Oriental como Taiwán, Corea del Sur y Japón. Las tensiones políticas entre estos países y China, en particular, han convertido la interrupción de la cadena de suministro en una amenaza constante.
El valor de las amistades
Desde que estas potencialidades han pasado a primer plano, grandes economías como la UE e India han empezado a incentivar a los fabricantes para que establezcan unidades de fabricación nacionales con el fin de fomentar la autosuficiencia. Estados Unidos ha seguido su ejemplo y ha anunciado recientemente que utilizará el Programa de Préstamos para la Fabricación de Vehículos de Tecnología Avanzada, dotado con 17 700 millones de dólares por el Departamento de Energía, para animar a los fabricantes estadounidenses a regresar a su país. Sin embargo, como hemos visto, la autosuficiencia sólo es posible hasta cierto punto, y los países deben estar atentos a nuevas alianzas y proveedores de servicios si quieren garantizar la posibilidad de contar con cadenas de suministro seguras.
En este sentido, el friendshoring parece una evolución natural del nearshoring o nearsourcing, ya que los aliados de larga data se encuentran en una posición privilegiada para beneficiarse, especialmente los que gozan de proximidad geográfica. De hecho, con el resurgimiento de viejas tensiones, Estados Unidos haría bien en reflexionar sobre cómo eligió a sus socios en América Latina durante la Guerra Fría original.
Durante el apogeo de las tensiones geopolíticas en los años setenta y ochenta, Costa Rica fue un aliado especialmente valioso, ya que ofrecía a Estados Unidos estabilidad en una región en la que escaseaban esas necesidades, sobre todo teniendo en cuenta los desórdenes en países como Granada, Honduras, El Salvador, Venezuela y Panamá.
Una relación duradera
Desde entonces, el país no ha hecho más que crecer como socio valioso, tanto en términos comerciales como de resonancia cultural, con veraneantes, propietarios de segundas viviendas y jubilados estadounidenses que desempeñan un papel importante en su tejido cultural. Como señala el Departamento de Estado de EE.UU: “La propia historia y trayectoria de Costa Rica en materia de medio ambiente, derechos humanos y defensa de la resolución pacífica de disputas le confieren un peso en los asuntos mundiales muy superior a su tamaño, y Costa Rica y Estados Unidos comparten a menudo posiciones (votos) similares en los foros internacionales.”
En términos empresariales, esto se ha manifestado en importantes niveles de IED, con un 40% del total del país procedente de Estados Unidos. Estados Unidos es también el destino del 40% de las exportaciones. Tras haber sido pionera en el modelo de deslocalización en las últimas décadas, una mano de obra cualificada y unos ecosistemas industriales cada vez más dinámicos han ayudado a Costa Rica a desarrollar una sofisticada economía basada en el conocimiento y han impulsado a empresas de todo el mundo, encabezadas por las estadounidenses, a buscar el trabajo y la aportación de los proveedores de servicios del país.
Esta es la base sobre la que se asienta el modelo de “friendshoring”, un enfoque respaldado por respetados grupos de reflexión económica de Estados Unidos. El año pasado, Elaine Dezenski, de la Fundación para la Defensa de las Democracias, y John Austin, de la Brookings Institution, escribieron un artículo en Newsweek en el que citaban específicamente a Costa Rica como principal candidato para ayudar a Estados Unidos a “reconstruir nuestra economía con amigos cercanos con los que ya tenemos estrechas redes de producción y servicios empresariales”.
“En el contexto actual, dadas las perturbaciones existentes en las cadenas de suministro, Costa Rica ofrece un abanico de oportunidades para la inversión”, coincide el Ministro de Comercio Exterior del país, Manuel Tovar. “Gozamos de proximidad con EE.UU. y varios de sus proveedores en áreas clave, pero también compartimos valores democráticos, respeto a los derechos humanos, protección del medio ambiente y observancia del Estado de Derecho. Nuestro país ofrece estos valores compartidos junto con el talento de su mano de obra, un clima de negocios ágil y eficiente y una plataforma comercial para promover la inversión y las exportaciones desde nuestro territorio.”
El talento es un factor fundamental. En mayo de 2021, la Casa Blanca publicó el informe de 250 páginas “Building Resilient Supply Chains, Revitalizing American Manufacturing, and Fostering Broad-Based Growth” (Construir cadenas de suministro resistentes, revitalizar la industria manufacturera estadounidense y fomentar un crecimiento de base amplia), en el que los autores reconocían la existencia de carencias cruciales de cualificación en sectores clave de la economía estadounidense como la tecnología, las finanzas y la investigación científica. En lo inmediato, estas lagunas sólo pueden colmarse mediante asociaciones externas, y la importancia de estas competencias para la economía moderna significa que la proximidad en la cultura, la mentalidad y los valores nunca ha sido tan importante.
De hecho, con el mundo en un estado casi constante de cambio y la reciente interrupción que hemos visto en las cadenas de suministro, los socios de friendhoring estables y fiables van a ser cruciales para las economías globales que intentan reconstruirse. Saber de dónde vendrá el próximo Covid-19 o un conflicto político importante es casi imposible, por lo que los países deben identificar y trabajar con tantos amigos y aliados como puedan para garantizar una perturbación mínima.
Costa Rica y la industria 4.0
Con un valor de mercado mundial estimado en 665.000 millones de dólares, la Cuarta Revolución Industrial -industria 4.0 para abreviar- es un ejemplo de cómo la tecnología digital se está convirtiendo en una fuerza de cambio socioeconómico de gran alcance, transformando la forma en que el mundo aborda el uso productivo de la tecnología en todos los aspectos de la vida y los negocios. A medida que lo digital se integra más con la parte física de la fabricación, las empresas de Costa Rica están dando pasos de gigante para posicionarse con éxito como expertas en esta transformación. Los actores de este segmento se están centrando en algunas de las categorías tecnológicas más demandadas a nivel mundial, como la computación en la nube, el big data, el internet de las cosas (IoT), la automatización robótica de procesos (RPA) y la inteligencia artificial (IA), entre otras, todas las cuales apoyan el crecimiento y la evolución de la industria 4.0. En un estudio realizado en 2019 sobre las competencias y ofertas de la industria 4.0 en Costa Rica, PROCOMER pudo descubrir una gran cantidad de datos valiosos y perspicaces que guiarán a los líderes empresariales en su decisión de asociarse con socios de clase mundial y de valor agregado en tecnología. El objetivo de nuestra investigación era comprender el nivel de experiencia en el subsector de la industria 4.0 de Costa Rica y, al mismo tiempo, determinar el potencial para escalar modelos de negocio a escala internacional. Este libro blanco descubre los hallazgos clave del estudio en mayor profundidad y ofrece a los lectores información exclusiva sobre cómo las empresas costarricenses apoyan a los clientes globales en su exploración de la industria 4.0, tanto ahora como en el futuro.